Inflación y tipo de cambio: ajusta tu sistema de calidad

sistema de calidad

Los efectos de la inflación global y la volatilidad del tipo de cambio han reconfigurado las dinámicas operativas y financieras de las PYMES mexicanas. Cuando el costo de los insumos se dispara, las tasas de interés se ajustan y el valor del peso fluctúa frente al dólar o el euro, el impacto va mucho más allá de las compras o las ventas. Afecta la forma en que se planifican, ejecutan y controlan los procesos dentro del Sistema de Gestión de la Calidad (SGC).

Ante este entorno económico complejo, muchas empresas pierden enfoque, flexibilizan controles o desatienden indicadores de calidad para “ajustarse” al momento. Pero esta reacción suele ser contraproducente. Un SGC bien estructurado debe ser flexible, pero no frágil.

En esta entrada te explico cómo ajustar tu sistema de calidad ante la inflación y el tipo de cambio sin sacrificar el control operativo, el cumplimiento de la norma (como ISO 9001:2015) ni la satisfacción del cliente.

¿Cómo impacta la inflación y el tipo de cambio al sistema de calidad?

Un Sistema de Gestión de la Calidad se basa en procesos estandarizados, recursos consistentes y cumplimiento de especificaciones. Sin embargo, las variaciones económicas introducen variables que afectan directamente esa estabilidad:

  • Cambios de proveedores por precio → insumos de diferente calidad.

  • Reducción de inventarios → falta de disponibilidad y entregas fuera de especificación.

  • Aumento de costos → presión por reducir controles o pruebas de calidad.

  • Devaluación del peso → encarecimiento de materiales, equipo o tecnología.

  • Reducción de personal → sobrecarga y errores operativos.

Estas condiciones exigen una revisión técnica y estratégica del sistema para evitar desviaciones, no conformidades o pérdida de clientes clave.

Estrategias para ajustar tu sistema de calidad en entornos inflacionarios

1. Revisión del mapa de procesos y priorización de controles clave

En contextos económicos inestables, no todos los procesos tienen el mismo impacto. Es indispensable:

  • Revisar el mapa de procesos para identificar cuáles son críticos para la conformidad del producto o servicio.

  • Redefinir prioridades de control, reforzando puntos clave y simplificando controles de bajo riesgo.

  • Aplicar un análisis de criticidad por producto, insumo y proveedor.

Esto permite enfocar los recursos del SGC donde realmente aportan valor.

2. Gestión del cambio en materiales e insumos

La inflación y el tipo de cambio obligan a muchas empresas a sustituir proveedores o insumos. Esto debe gestionarse como un cambio controlado dentro del SGC:

  • Documentar cada cambio de materia prima o especificación técnica.

  • Validar los nuevos materiales con pruebas equivalentes de desempeño.

  • Actualizar fichas técnicas, procedimientos, instructivos y criterios de aceptación.

  • Capacitar al personal sobre diferencias en el nuevo insumo.

Recuerda que cualquier cambio debe garantizar la conformidad del producto, sin importar su origen o costo.

3. Revisión de objetivos e indicadores de calidad

En entornos cambiantes, mantener los mismos objetivos de calidad puede ser inviable o incoherente. Se recomienda:

  • Evaluar si los indicadores siguen siendo alcanzables y relevantes.

  • Incorporar métricas relacionadas con variabilidad operativa, como % de retrabajos por cambio de insumo o desviaciones por reducción de turnos.

  • Usar indicadores para detectar impactos indirectos de la inflación, como tiempo promedio de capacitación o nivel de servicio al cliente.

Es preferible ajustar metas con base técnica que incumplirlas de forma recurrente.

4. Fortalecimiento del pensamiento basado en riesgos

ISO 9001:2015 exige considerar el riesgo en todos los niveles del sistema. Hoy más que nunca:

  • Actualiza tu matriz de riesgos, incorporando factores macroeconómicos.

  • Incluye riesgos financieros, operativos, de cadena de suministro y reputacionales.

  • Define planes de contingencia con responsables, recursos mínimos y tiempos de respuesta.

  • Integra estos análisis en la revisión por la dirección.

El objetivo es prevenir impactos negativos, no solo reaccionar ante ellos.

5. Control documental ante ajustes constantes

Las actualizaciones por inflación o tipo de cambio deben reflejarse en la documentación del SGC:

  • Asegúrate de tener versiones actualizadas de procedimientos, formatos, criterios y listas de materiales.

  • Implementa controles digitales o revisiones programadas para evitar desactualizaciones.

  • Establece protocolos para aprobar cambios urgentes sin omitir trazabilidad.

Un sistema desactualizado puede comprometer auditorías, certificaciones o cumplimiento normativo.

6. Gestión del conocimiento y rotación de personal

Muchas PYMES, ante la presión económica, reducen plantilla o contratan personal temporal. Esto puede poner en riesgo la calidad si no se gestiona adecuadamente:

  • Documenta el conocimiento crítico del proceso.

  • Utiliza formatos de capacitación exprés con pruebas rápidas de comprensión.

  • Aplica doble verificación en procesos clave para personal nuevo.

  • Crea un plan de transición ante bajas o salidas no programadas.

Un SGC sólido debe proteger el conocimiento técnico, no depender de personas específicas.

7. Evaluación de proveedores ante nuevas condiciones

Es común que se incorporen nuevos proveedores o se modifiquen contratos por costos. Esto requiere:

  • Revisión y actualización del procedimiento de evaluación de proveedores.

  • Incluir criterios económicos (capacidad financiera), logísticos (tiempos de entrega) y técnicos (certificaciones).

  • Realizar auditorías o verificaciones si hay sospecha de incumplimiento.

  • Documentar evaluaciones periódicas y reclamos formales.

Un proveedor más barato pero menos confiable puede ser un riesgo operativo mayor.

Casos reales de ajustes de calidad en entornos económicos inestables

Caso 1: PYME del sector alimentos
Ante el alza del precio del aceite vegetal, se cambió de proveedor asiático a uno local. Se validaron características fisicoquímicas, se ajustó la receta base y se capacitó al personal. Resultado: el cambio no afectó el producto final y se evitaron paros de producción.

Caso 2: Empresa textil
La devaluación del peso encareció los tintes importados. Se reconfiguró el control de color con espectrofotómetro, se modificó el plan de inspección y se ajustaron los parámetros del proceso para mantener la estabilidad del tono. La calidad no se comprometió y se mantuvo la certificación ISO.

La inflación global y la volatilidad del tipo de cambio son realidades que ninguna PYME puede controlar, pero sí puede anticipar, gestionar y mitigar dentro de un sistema de calidad bien estructurado.

La clave no está en flexibilizar sin control, sino en adaptar con criterio técnico. Quienes actualizan procesos, protegen la trazabilidad, priorizan el riesgo y documentan cada cambio, no solo cumplen con la norma: se consolidan como empresas resilientes y competitivas.

Blindar el Sistema de Gestión de la Calidad en tiempos de incertidumbre es una inversión que garantiza continuidad operativa, confianza del cliente y acceso a mercados más exigentes.


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LEM Noel Castro Montaño es CEO de Cubo de Ideas, Director de Operaciones para Citosa Textiles. Asesor de nuevos mercados y estrategias digitales para el segmento Retail. Especialista en marketing para autoservicios y puntos de venta. Especialista en sistemas de gestión de la calidad con enfoque a la ISO 9001:2015

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